Prats: “el inicio de campaña es problemático”

Las bajas temperaturas y las lluvias consecutivas durante el mes de marzo han provocado una importante reducción en la producción de kaki a nivel nacional.
Pascual Prats

La falta de producto se concretará más en la primera parte de la campaña, es decir, afectará más a la fruta que se empieza a recolectar antes y se comercializa desde finales de septiembre hasta finales de octubre.

El presidente de la Asociación Española del Kaki, Pascual Prats, asegura que “la polinización, fecundación y cuajado del kaki coincidieron con esa meteorología adversa durante la primavera” y, por tanto, “no fueron buenas”. Prats prevé así un “volumen muy escaso” para el mes de octubre.

Sin embargo, el presidente de la asociación espera que a finales de octubre haya un cambio, “aunque siempre con una merma importante en la producción”. Así, Prats estima estar entre los 160.000 y 180.000 kilos en total para la campaña y afirma que especialmente Huelva y la Comunitat Valenciana han disminuido mucho su producción.

Otra de las grandes razones que explican esta merma es la pronunciada subida de los gastos de producción: “Tenemos entre 20 y 25 céntimos de coste superior respecto a la campaña pasada”, declara Prats y añade que solo la electricidad “supone un 40 ó 50% más”. A ello se le suma la subida de costes de envasado: “antes una caja de madera valía 50 céntimos, ahora ya son 74”.

Sin embargo, el presidente de la Asociación Española del Kaki asegura que, por el momento, no han “recibido ni un solo euro de ayuda del gobierno, ni autonómico ni nacional”.

Por otra parte, se espera que los inspectores del gobierno chino visiten pronto España, aunque sin una fecha concreta. En un avance de las negociaciones Anecoop y la Asociación Española del Kaki solicitaron en julio al Ministerio de Comercio español la fecha en la que sería idóneo que los inspectores visitaran las plantaciones: la primera semana de noviembre. “No han contestado todavía en qué fechas van a venir, pero ojalá vengan y se firme el acuerdo el año que viene. Sería algo muy positivo poder exportar a China, porque el mundo está globalizado y si otras producciones vienen a Europa, nosotros también tenemos que salir, con todas las dificultades que ello acarrea”, afirma Prats.

Pero esta campaña del kaki podría verse enfrentada a otra gran dificultad, como puede ser la escasez de productos como el CO2, indispensable para quitar la astringencia de la fruta almacenada en las cámaras. “Es otra de las incertidumbres de este otoño”, concluye el directivo.

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