Sin embargo, a pesar de esta tendencia alcista, el mercado observa un aplanamiento de los niveles de precios tanto en EE.UU. como en Europa. En Europa, éste es, si cabe, más acusado durante la temporada de ultramar (septiembre-marzo) y en EE.UU., esta trayectoria se da durante los meses de junio-agosto y octubre-marzo.
Los ‘nuevos exportadores’ como Marruecos, México y Perú han reducido su oferta fuera de temporada. En los próximos años, se espera una mayor expansión en la oferta mundial de arándanos, que provocará este mantenimiento en los precios ya que las inversiones en nuevas plantaciones aún no han terminado, a lo que se suma que las recientes no han alcanzado su capacidad de producción total.
La ventaja potencial de un nivel de precios más bajos tiene, por otro lado, una lectura positiva ya que podría fomentar el consumo.
Por otro lado, una mayor disponibilidad mundial de producto puede suponer unos envases comerciales más grandes y de menor precio, como ya se dio en EE.UU. durante el momento álgido de llegadas chilenas. Y el efecto secundario y positivo de esta tendencia es la reducción del uso de plástico.