Mercabarna: empeñados en la sostenibilidad

La unidad alimentaria más importante del sur de Europa, Mercabarna, constituye una de las mayores concentraciones de frío industrial de España, que conlleva una generación de más de 22.500 toneladas anuales de CO2.
Jordi Valls mercabarna

Reducir estas emisiones constituye uno de los tantos proyectos futuros que tiene previstos el mercado en materia medioambiental.

Por otro lado, la proximidad del recinto al puerto abre innumerables oportunidades energéticas de ahorro, ya que las empresas del recinto podrían beneficiarse del frío generado por la regasificación del gas licuado que llega a la capital catalana.

Fruit Today magazine habló con el director general de la unidad alimentaria, Jordi Valls, sobre este y otros planes diseñados para el día de mañana de un mercado mayorista que contará, además, con la ventaja de ver incrementado su espacio de actuación empresarial.

En estos momentos de crisis y preocupación energética en Europa, ¿dónde se concentran los mayores desafíos y oportunidades de Mercabarna, aprovechando su cercanía al puerto de la ciudad? ¿existe una verdadera hoja de ruta para llevar a cabo estos proyectos? ¿En qué momentos nos encontramos respecto a tiempos, en concreto sobre el aprovechamiento del gas licuado?

Por lo que respecta a las oportunidades energéticas, hemos desarrollado un Plan Energético con el objetivo de acceder a nuevas fuentes de energía limpias para reducir las emisiones de CO2 y el gasto económico de Mercabarna y de las empresas ubicadas en nuestro recinto. Hay que tener en cuenta que en la unidad alimentaria existen 800.000 m³ de almacenes frigoríficos -es una de las mayores concentraciones de frío industrial de España-, lo que genera unas emisiones de 22.500 toneladas de CO2 anuales y supone un gasto económico considerable para los mayoristas.

Con nuestro proyecto de Energía Verde, REPower MERCABARNA, crearemos un sistema de energía fotovoltaica para el autoconsumo, aprovechando las cubiertas de los edificios (127.000 m²) y las de las empresas situadas en nuestro recinto (234.000 m²), con el objetivo de conseguir un 25% de autoabastecimiento, con una potencia instalada de 20 MWp.

Respecto a las cubiertas de las empresas, tenemos un plan de incentivos que nos asegura que se apuntarán al proyecto el máximo de compañías. Esto, teniendo en cuenta las placas fotovoltaicas que ya hay instaladas en los tejados de los edificios de Mercabar-flor, el Biomarket, y otros edificios, y nos permitirá ahorrar 6.000t de CO2 al año.

También hemos estudiado la creación de una red para aprovechar el frío generado en la regasificación del gas natural licuado (GNL) que llega a la planta de Enagás del Puerto de Barcelona y que ahora se desperdicia. El objetivo es hacer llegar esta energía a las empresas situadas en la unidad alimentaria a un precio competitivo y reducir significativamente el impacto sobre el medio ambiente. Para poder realizar la infraestructura que transporte el frío a Mercabarna vamos a solicitar una subvención a los fondos European Union Innovation Funds, como proyecto innovador en el ámbito de la transición energética, para la convocatoria 2022-2024. Esta ayuda es clave para poder desarrollar dicho proyecto.

¿Y respecto a las oportunidades logísticas de un mercado claramente exportador?

El Puerto de Barcelona y las empresas de Mercabarna estamos promoviendo nuevas rutas de Short Sea Shipping en el norte de África, tal y como hicimos hace unos años con gran éxito con Cerdeña. Desde Marruecos existen nuevas alternativas en este tipo de transporte marítimo, que es óptimo para la logística de las empresas. El próximo año tenemos previsto realizar estudios de mercado de algunos países norteafricanos y organizar misiones comerciales.

Con el Puerto de Barcelona y las empresas ubicadas en Mercabarna también estamos analizando los procesos y procedimientos de los productos de importación que llegan al puerto para agilizar la entrega de las cargas. También se están realizando reuniones con los responsables del Punto de Inspección Fronteriza para identificar aspectos de mejora o cambios viables que aumenten la entrada de productos.

Vivimos en un mundo de incertidumbres, donde se habla constantemente de food security. ¿Cómo cree que afectará este problema a las unidades alimentarias como la que usted dirige? ¿Cuál es su visión del futuro de las compañías alimentarias de los mercados mayoristas, sometidos a una constante espiral de aumento de costes?

Creo que Mercabarna pasó con una buena nota no solo la época más dura de la pandemia sino también la huelga de transportistas, garantizando en todo momento el abastecimiento de alimentos, gracias a su plan de contingencia. Y, por supuesto, gracias también a la diversidad de orígenes de sus proveedores y la capacidad logística de los empresarios mayoristas.

Sobre nuestra visión de futuro, ante la espiral constante de aumento de costes, creemos que las empresas deberán ser más eficientes en las operativas, la planificación de las compras y, sobre todo, en la reducción de los costes energéticos, ya que estos son muy importantes en la actividad logística del producto fresco. Esta es una de las razones por las que Mercabarna ha puesto en marcha el Plan Energético comentado anteriormente.

En un mercado de carácter eminentemente exportador, la logística y sus problemas, tanto terrestres como marítimos son dos factores a tener en cuenta. ¿Qué afectación está teniendo en el buen desarrollo de la actividad?

Los problemas de oferta logística sumados al incremento del coste de los combustibles están encareciendo el transporte y los costes operativos de los mayoristas de Mercabarna. A pesar de ello, la exportación de frutas y hortalizas desde Mercabarna a otros países ha conseguido situarse a los mismos niveles que en 2019, lo que supone entre un 30% y un 35% sobre el total de lo comercializado en la unidad alimentaria.  Hay que destacar la fuerte relación existente entre energía y alimentación. En este sentido, en algunos países del norte de Europa, como Holanda, que es uno de los competidores de Mercabarna en exportación, están aumentado mucho los costes de producción, porque su modelo productivo lleva implícito mucho gasto de energía en sus cultivos intensivos de invernadero. Si España, que tiene la suerte de tener muchas más horas de sol, sabe jugar bien esta baza, puede incrementar las exportaciones agrícolas.

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