Las precipitaciones han sido muy intensas en muy poco tiempo, llegando en algunos puntos a 100 litros por metro cuadrado. Con todo preparado en este inicio de cosecha, la situación está, de momento, paralizada. La mayor parte de los campos de cultivo están anegados por el agua caída los pasados lunes y martes. “Los campos están anegados y es imposible la recolección”, aseguraron a ‘holapatata’ diversos productores de la zona.
En esta coyuntura, en la que las necesidades de patata en los mercados son acuciantes y con unas previsiones de producción ya mermadas, podría llegar a producirse una rotura de stocks. Además, a este problema se sumarán las enfermedades ocasionadas por la humedad del producto. Desde COAG ya se pide permiso para realizar fumigación con drones en las zonas más afectadas por la lluvia.
Las lluvias de principios de esta semana se han cebado también en otras zonas productoras tempranas, aunque no con la misma intensidad que en el Campo de Cartagena.
La paradoja de la situación es que hace pocos días, la preocupación existente era el daño que podía causar la sequía, pero el agua en tromba no ha venido a solucionar los problemas, sino a agravarlos.
El cultivo que se realiza en el Campo de Cartagena no es sencillo para los productores ya que existen importantes limitaciones debido a las restricciones que impone la agricultura que se practica en los alrededores del Mar Menor. Este hecho ha provocado una serie de desplazamientos productivos fuera de este enclave durante los últimos años.
Los daños, a la hora de escribir este artículo, están por valorar.
