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Meléndez 4.0, en pleno funcionamiento

La compañía de Medina del Campo (Valladolid), cerró 2022 con 110 millones de facturación y el grupo comercializó cerca de 200 millones de kilos de patata.
Nueva fábrica PM

Las nuevas instalaciones de 21.000 m² y una inversión de 36 millones de euros, fueron inauguradas oficialmente en el mes de marzo y construidas con el firme objetivo de maximizar la calidad de su materia prima.

Con la nueva infraestructura, la capacidad de empaquetado ha pasado de 65 pallets/h a 120; en la zona de lavado la mejora pasa de las 60 toneladas a las 140 por hora y las líneas de envasado en malla pasan de 9 a 21. Todo ello minimizando el consumo energético en un 17%.

Tecnologías para potenciar calidad y la eficiencia

Francisco Javier Pérez, director técnico industrial de la compañía, explicó a ‘holapatata’ que “la compañía dispone de un almacén inteligente y versátil con una capacidad de cerca de 1.000 box de 800 kilos cada uno, con lo que se ha conseguido que el almacenaje aumente en un 700%; y, además, se han automatizado todos los procesos de empaquetado mediante robots antropomórficos.”

Por otro lado, los selectores ópticos, una de las grandes novedades de la planta, posibilitan el calibrado óptico de manera automática mediante visión artificial y clasifican las patatas por tamaño, forma y calidad. Además, las cámaras de escaneo pueden detectar tanto los defectos como el calibre de las distintas calidades.

Sergio Calvo, chief information officer de la firma vallisoletana, aseguró que “uno de los requisitos que marcan la diferencia en términos de calidad es el control de la materia prima de principio a fin, algo que realizamos gracias a la tecnología monitorizable y parametrizable de última generación. Adicionalmente, con nuestros sistemas MRP, MES y Almacenes Inteligentes conocemos de manera exhaustiva la trazabilidad del producto. Y gracias a la tecnología RFid realizamos el seguimiento de cada saca proveniente del campo y todos los pallets de nuestros clientes.”

“Pero, sin duda, uno de los procesos más desafiantes ha sido la transformación digital, que nos permite confeccionar cada pedido con la calidad óptima para las necesidades exigidas por cada cliente.”

“La fábrica marca un antes y un después porque ha supuesto un cambio de mentalidad: no solo hemos implantado robots o automatizado un sinfín de tareas, sino que analizamos todos los datos generados a través de Business Intelligence y nuestro departamento de IT requiere, cada vez más, perfiles altamente cualificados en competencias digitales, lo que promueve el relevo generacional del sector”, sostiene Calvo.

Otro de los grandes retos de la empresa pasa por la ciberseguridad. En estos momentos la compañía se encuentra en vías de certificarse en la ISO 27001 y ha implantado herramientas de protección de inmutabilidad del dato, trabajando para potenciar al máximo la defensa de las redes IT/OT.

Una fábrica más segura y sostenible

“Para Patatas Meléndez reforzar la seguridad de sus trabajadores era un objetivo prioritario, razón por la que ahora contamos con transporte mediante AGV con tecnología de navegación autónoma y escáner láser, y con shuttles de alta velocidad, que se mueven en línea. Estos modernos sistemas de transporte no solo mejoran la gestión logística, sino que, al eliminar las carretillas, evitan atropellos. Los nuevos equipos permiten el bloqueo para el mantenimiento; y contamos con una mayor separación entre zonas para reducir la exposición al ruido”, especifica Pérez.

Respecto a los avances en sostenibilidad, la compañía ha adquirido el compromiso de reducir un 25% las emisiones de CO2 y de contribuir a minimizar el impacto de su huella de carbono. El ciclo del agua se optimiza y en la nueva planta disminuye su consumo en un 30%. Además, el autoconsumo eléctrico de aporte fotovoltaico alcanza el 40%, por lo que se incrementa el uso de energía verde.

Un sondeo entre los mejores del mundo

Cuando se planteó el proyecto, el equipo de Patatas Meléndez encabezados por su CEO, Javier Meléndez, viajó por Europa, Estados Unidos y Canadá para conocer en profundidad cómo trabajan y qué tecnologías tienen implantadas las fábricas más punteras del mundo. Más tarde, la compañía diseñó unas instalaciones enfocadas a proteger la patata del daño mecánico y en las que, a lo largo de todo el proceso, se tratase a la patata como si fuera una fruta.

Javier Meléndez se marcó un objetivo muy claro: quería estar al frente de la fábrica más moderna de Europa, para lo cual decidió construir unas instalaciones cuyo fin último fuera maximizar la calidad de la patata y que sus consumidores pudieran disfrutar de un producto excelente tanto en sabor como en textura, lo cual solo es posible mediante el uso de las tecnologías IT más potentes y novedosas del mundo.

En resumen, la nueva infraestructura vallisoletana supone una apuesta por la digitalización, la búsqueda del relevo generacional y la profesionalización del campo y se constituye como una vía para seguir generando riqueza en una zona de la España rural.

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