El gobierno británico ha corregido su postura inicial y ha revisado y categorizado las frutas y hortalizas en un segmento que no necesitará de control fitosanitario. La nueva postura ha sido valorada de forma muy positiva por Nigel Jenney, CEO de FPC, quien remarca que “los costes aduaneros de inspección fitosanitaria hubieran sido los responsables de un aumento de costes innecesarios que hubieran ocasionado una subida de la inflación en alimentación, así como una importante disrupción en la cadena de suminsitro.
La propuesta inicial que mantenía el gobierno británico y que finalmente no se materializará significaba un gasto superior a los 150 millones de libras. El nuevo modelo ha sido muy bien acogido por los exportadores europeos que ven como los trámites entre el continente y las islas gozarán de mayor agilidad.
Las que se han quedado al margen de esta nueva propuesta de control ha sido la categoría de flores y plantas, que sí estarán supeditadas a un control fitosanitario en frontera.
Parta clarificar las nuevas posiciones, el próximo 5 de mayo, en la Universidad de Lincoln se llevará a cabo un evento de carácter presencial, donde se aclarará el nuevo Target Operating Model.